La Feria Agrícola industrial, agrícola y ganadera de los Monegros, Femoga, celebra sus 30 años de andadura. Años dedicados al medio rural, a los agricultores y ganaderos, a todos aquellos que a lo largo de los siglos han sido el sustento y el motor de una comarca y los cuales, han hecho de los Monegros con su trabajo y con su emprendimiento un territorio de referencia del sector primario aragonés.
Como homenaje a los hombres y mujeres de esta tierra que apostaron por un modo de vida dependiente del medio natural, en el marco de clausura de esta XXX edición de Femoga, se desea hacer un guiño a Huesca y a su provincia, a sus gentes, a las que vivieron en esta tierra mucho antes que nosotros y que sin duda fueron forjando con el paso del tiempo nuestra forma de ser, nuestro carácter, nuestras creencias, nuestra cultura, dejándonos un patrimonio material e inmaterial del que nos podemos considerar agraciados herederos.
Qué mejor manera de acordarse de nuestros antecesores que evocando tiempos pasados, tiempos donde nuestros abuelos tenían una forma de vestir muy diferente a la actual y en la que influían aspectos como el medio natural (con su orografía, clima, flora, fauna, cursos de agua…), su economía de subsistencia, la religión, las supersticiones… Factores que dieron lugar a que en nuestras montañas se manifestaran formas de vestir casi exclusivas de un determinado territorio.
Valles de Ansó y de Echo, Jasa, Jacetania, Serrablo y valle de Tena, valles de Bielsa y Chistau, La Ribagorza, Bajo Cinca y la Tierra Llana, son los destinos que nos va a llevar este viaje en el tiempo a través de la indumentaria tradicional, un mosaico de prendas, tejidos, aderezos, colores, de matices y de significados que sin duda nos volverán a recordar y a demostrar la riqueza de la Indumentaria del Altoaragón.
María Ángel Buesa Pueyo
Nuestro agradecimiento a la organización de Femoga por la confianza depositada en nosotros, igualmente gracias a tod@s los participantes de este desfile por su colaboración desinteresada, motivada por el apego que tienen a nuestras tradiciones.
Introducción
Parte 1.- Valle de Ansó. La religión y la indumentaria
El aislamiento de valle en cuanto a comunicaciones con el exterior se refiere magnificó las creencias religiosas y las supersticiones, lo que quedó reflejado en la indumentaria tradicional que portaban los ansotan@s ya desde críos, determinando diferentes tipos de indumentaria para cada ocasión así como una importante presencia de elementos religiosos en los mismos.
Parte 2.- Valle de Echo. Elegancia en la montaña
La mujer chesa lucía en su indumentaria dos elementos que aportaban esbeltez y elegancia a sus mujeres: la camisa y la baquiña recogida en forma de mariposa, todo ello confeccionado con mimo, espero y dedicación.
Parte 3.- Valle de Jasa. La inspiración de una estampa
La estampa titulada Chesa-Campagnarde de la Vallée de Iasa Aragón (1777) de Juan de la Cruz Cano y Olmedilla, correspondiente a un grabado a buril, así como muchas otras, sirvió como fuente de inspiración para la confección de la reproducción del traje femenino de Jasa.
Parte 4.- Jacetania, Serrablo y Valle de Tena. Los colores de la lana
Las sayas y refajos o zaladejos de lana eran prendas imprescindible de la mujer del norte de la provincia solía ser la prenda, junto con el pañuelo o el mantón, que aportaban colorido, alegría en su indumentaria. La vegetación del lugar utilizada para los tintes aportaban el color, los tintureros de la zona las teñían, los adornos las mentes y las manos de las mujeres que los diseñaban y los confeccionaban.
Parte 5.- Valles de Bielsa y Chistau. Plisados, bordados, pañuelos, cintas y abarcas
A pesar de los cánones que regían, los hombres y mujeres aportaban en estos valles color y gusto a su indumentaria, haciéndola más vistosa con adornos en forma de bordado y/o aplicaciones, con cintas, alegres pañuelos y faldas vaporosas y ligeras que proporcionaban los delicados plisados de las faldas.
Parte 6.- Comarca de la Ribagorza. Adaptados al medio
La rusticidad del territorio y la dureza del clima se reflejaba en el vestir de los hombres y mujeres de la Ribagorza así como demuestra la nula existencia de limites territoriales en indumentaria tradicional, presentado grandes similitudes con los pueblos del sur de Francia y con los del Valle de Arán.
Parte 7.- Bajo Cinca. Dones de faldetes
Queda un trocito de territorio en la Tierra llana donde la indumentaria femenina ha perdurado hasta nuestros días con su identidad, destacando de ellas la superposición de enaguas, refajos y sayas, así como sus vistosos peinados y apreciados mantones.
Parte 8.- Tierra Llana. El vestir tradicional
Las buenas comunicaciones facilitaban el movimiento de las gentes de antaño por el territorio, por lo que la forma de vestir de nuestros abuelos mantenía estructuras similares de un lugar a otro, aunque siempre podían existir matices o elementos de mayor uso o predilección en un determinado lugar.
Desfile final
A’faldriquera
Ramiro el Monje, nº. 27 – Huesca
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